viernes, 31 de mayo de 2013

Poesía Latinoamericana: Stella Díaz Varín

No quiero que mis muertos descansen en paz, tienen la obligación de estar presentes…”

Stella

 Poetisa chilena de la Generación del 50. Nace en La Serena un 11 de agosto de 1929  y muere en  Santiago un 15 de junio de 2006. De personalidad polémica y rupturista, su poesía fue una expresión original, que plasmó su fuerte personalidad creativa y bohemia, con una perspectiva femenina.
          
Fue perseguida en el año 1948 por el gobierno de González Videla  en virtud de la  Ley de Defensa de la Democracia, que condenaba al partido comunista prohibiendo su existencia.  Siendo éste, paradójicamente, el partido que le ayudó a ganar las elecciones de 1946.  Un profundo odio por al gobierno la une a Enrique Lafourcade y Enrique Lihn, por lo que juntos se tatúan una calavera en el brazo, un pacto de sangre que consistía en dar muerte al presidente que consideraban dictador.
En 1947 llega a Santiago para estudiar medicina, carrera que no concluyó. En cambio se integró activamente a la Alianza de Intelectuales de Chile -dirigida por Pablo Neruda- y a los círculos culturales de la época, donde cultivó amistad con destacados creadores nacionales como Alejandro Jodorowsky y Enrique Lihn. En ese período comenzó a colaborar en algunos diarios nacionales como El Siglo, Extra, La Opinión y La Hora; al mismo tiempo que participó en las diversas actividades generadas por la Sociedad de Escritores de Chile.
 
En ese tiempo vive un romance con Parra, que le dedica el poema La víbora; posteriormente conoce a Jodorowsky con quien vive una intensa relación amorosa. Al cabo de un tiempo es acorralada en una cita y violada, quedando embarazada. Se casó en 1950 para proteger al niño recién nacido y a ella misma. Este primer matrimonio tuvo como fruto tres hijos que mueren a las pocas semanas de nacidos.



Stella Díaz Varín reivindica el oficio de poeta y  denunciando las carencias de esta labor:
Yo creo que deberíamos preocuparnos un poco de que el poeta deje de ser una especie de ser mítico, alado y peregrino. El poeta es un ser humano con familia, con necesidades biológicas y necesidades de todo tipo, al que nadie le da boleto en este país (...) por lo menos me gustaría que el hombre creador tuviera una base y una mínima seguridad de vida para que pudiera seguir creando”.

 Entre su trabajo literario están “Razón de mi ser” (1949), “Sinfonía del hombre fósil” (1953), “Tiempo, medida imaginaria” (1959) y “Los dones previsibles” (1986). El documental La Colorinagalardonado en varios países, narra la vida, obra e impacto de la apasionada poetisa. Stella murió cuando aún no habían terminado de filmar esta cinta, que se estrenó en 2008.
Un hecho curioso de su vida y que ella transcribe a varios de sus poemas es su problema con el alcoholismo, que logró vencer 15 años antes de fallecer.

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Promesa


No te preocupes
Querido niño ávido
Tendrás tu perro azul
Te lo prometo
Siempre que lo fabriquen.
Además
Te prometo un puro tiempo
para lanzar anillos de por vida
En la cercana sombra de los
parques.


Dos de Noviembre 


No quiero
que mis muertos descansen en paz
tienen la obligación
de estar presentes
vivientes en cada flor que me robo
a escondidas
al filo de la medianoche
cuando los vivos al borde del insomnio
juegan a los dados
y enhebran su amargura

Los conmino a estar presentes
en cada pensamiento que desvelo.

No quiero que los míos
se me olviden bajo la tierra
los que allí los acostaron
no resolvieron la eternidad.
 
No quiero
que a mis muertos me los hundan
me los ignoren
me los hagan olvidar
aquí o allá
en cualquier hemisferio

Los obligo a mis muertos
en su día.
Los descubro, los trasplanto
los desnudo
los llevo a la superficie
a flor de tierra
donde está esperándolos
el nido de la acústica.




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